Gobierno de Trump prohíbe a Harvard inscribir estudiantes extranjeros

Por Juan Pablo Ojeda

 

En una drástica medida que intensifica el enfrentamiento con el ámbito académico, el Gobierno del expresidente Donald Trump ha prohibido a la Universidad de Harvard matricular estudiantes extranjeros. La decisión fue comunicada oficialmente a través de una carta firmada por la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem.

“Les escribo para notificarles que con efecto inmediato, el programa de la Universidad de Harvard de Estudiantes y Visitantes Extranjeros ha sido revocado”, señala el documento enviado a la prestigiosa institución académica.

La revocación del programa se produce en un momento de alta tensión entre la administración Trump y Harvard, con la universidad en el centro de múltiples críticas formuladas por el gobierno republicano. Entre los principales motivos, Washington ha acusado a Harvard de tolerar el antisemitismo, limitar la libertad de expresión al no permitir «discursos alternativos», e impulsar políticas de inclusión racial y de género que, según la Casa Blanca, “discriminan contra los estudiantes blancos y conservadores”.

Escalada política y cultural

La medida supone un golpe sin precedentes a la autonomía universitaria y podría afectar a miles de estudiantes internacionales que cada año buscan formar parte de los programas académicos de Harvard, muchos de los cuales ya estaban aceptados o en proceso de inscripción para el próximo ciclo académico.

Desde sectores críticos, se acusa al gobierno de Trump de instrumentalizar temas ideológicos para censurar y castigar a instituciones que no se alinean con su visión política y social. Por su parte, portavoces de Harvard calificaron la medida como un “ataque directo a la educación, la diversidad y el liderazgo global de Estados Unidos en la formación académica”.

La decisión también podría tener repercusiones diplomáticas y económicas, dado que miles de estudiantes internacionales generan ingresos significativos para las universidades estadounidenses, además de fortalecer la imagen global del país como un referente académico.

Mientras se esperan recursos legales por parte de Harvard y posibles acciones judiciales, esta decisión marca un nuevo punto álgido en la batalla cultural y política que ha caracterizado el regreso de Trump al poder.

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