En la recta final hacia una posible llegada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Marisela Morales Ibáñez no se guarda nada. Frente a integrantes del Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, lanzó un mensaje claro y contundente: el Poder Judicial necesita una transformación de fondo, con una visión moderna, humana y sobre todo cercana a la gente.
Con el lema “Tu voz en la Corte y justicia para todos”, Morales trazó lo que sería su hoja de ruta como ministra. Su enfoque es sencillo de entender, pero ambicioso en ejecución: que la justicia deje de ser un lujo inalcanzable o una maraña técnica, y se convierta en un derecho vivo que esté al alcance de todas las personas, sin importar su origen o condición. Dijo sin rodeos: “La justicia comienza por poner al ser humano en el centro”.
Uno de los puntos clave de su propuesta es fortalecer la justicia digital, algo que quedó al descubierto como una necesidad urgente durante la pandemia, y que puede ser una herramienta poderosa para acortar la brecha entre las instituciones y la ciudadanía. Pero no se trata solo de tecnología: también quiere que las sentencias del Pleno de la Corte se expliquen mejor, en un lenguaje más claro y accesible para el público.
Otro de sus ejes es dar fuerza real al control difuso de la Constitución, es decir, permitir que los jueces en todo el país puedan ignorar leyes que contradigan los derechos humanos, sin tener que esperar una orden de la Corte. Esto, en un país tan diverso como México, podría acelerar el acceso a la justicia en muchos rincones olvidados.
Morales también propone ampliar la Defensoría Pública Federal —clave para quienes enfrentan un juicio sin recursos para pagar abogados—, impulsar una Ley General de Defensorías y consolidar la Escuela Nacional de Formación Judicial, con una visión ética, técnica y humana. Para ella, la profesionalización de jueces y magistrados debe ir de la mano con una limpieza interna: erradicar el nepotismo, combatir la corrupción y abrirle paso a más mujeres en la toma de decisiones del Poder Judicial.
Pero quizás lo más importante de su discurso fue el tono. Lejos de hablar como alguien que aspira a un puesto de élite, habló como alguien que entiende que el acceso a la justicia sigue siendo una deuda enorme con millones de personas. Dijo que los procesos deben agilizarse, que se necesita diálogo real entre poderes y que el Poder Judicial debe dar el ejemplo de transparencia y cercanía.
Y en un momento simbólico para México, donde por primera vez una mujer asumirá la Presidencia de la República, Morales subrayó que esta nueva etapa democrática también exige renovar las instituciones con otra mirada: más igualitaria, más abierta y más humana.
En pocas palabras, si llega a la Corte, su apuesta es clara: que deje de ser vista como una torre de marfil y se convierta en una institución viva, que escuche, actúe y responda. Porque como dijo al cerrar su mensaje, “la justicia solo cumple su función si llega a todos los rincones del país”.