Por Bruno Cortés
Desde el Pleno de la Cámara de Diputados, Elías Lixa Abimerhi, coordinador del PAN, alzó la voz contra la nueva Ley de la Guardia Nacional impulsada por Morena. En palabras directas y sin rodeos, dijo que se está concretando lo que desde hace siete años han venido denunciando: que el gobierno busca militarizar por completo la seguridad en México y dejar fuera cualquier rastro de enfoque civil.
Para el panista, lo que se discute no es una simple ley operativa. Es, según él, la pieza final de un plan para borrar la diferencia entre lo militar y lo civil. Explicó que con esta reforma se le da a los elementos de la Guardia Nacional formación, mando y trato de militares, lo que contradice por completo el espíritu de la Constitución, que establece que la seguridad pública debe ser civil.
Pero eso no es todo. Lixa señaló que los elementos de la Guardia Nacional ya no responderán ante tribunales civiles, sino ante tribunales militares, como cualquier miembro del Ejército. “Si los van a juzgar como militares, si tienen que pedir licencias como militares, si los mandan a elecciones como militares… entonces, ¿de qué seguridad civil estamos hablando?”, cuestionó.
El diputado yucateco también criticó que con esta ley no se crea ni un solo cuerpo nuevo de policía civil o de proximidad social, esos que deberían atender al ciudadano en las colonias, en las comunidades, y no solo llegar con armamento y disciplina castrense. Lo que se ve, dijo, es el abandono del modelo que promueve seguridad con derechos humanos y cercanía con la gente.
Y el tema se pone más denso cuando se habla de los datos biométricos y la privacidad de los ciudadanos. Lixa denunció que, además de la reforma a la Guardia Nacional, vienen otras reformas en telecomunicaciones, seguridad e inteligencia donde, sin que aún se conozcan los textos finales, ya se habla del uso de datos personales, huellas, reconocimiento facial y hasta rastreo de teléfonos. A eso, en el PAN, le llaman la “Ley Espía”.
“No hay consenso, no hay transparencia en el contenido, y lo que se perfila es un Estado con herramientas de vigilancia al estilo de gobiernos autoritarios”, advirtió. Dijo que el pretexto es el combate al crimen, pero lo que realmente se está armando es una red de vigilancia sin controles claros.
Y como si no fuera suficiente, también tocó el tema de los militares ocupando cargos públicos, ahora con una licencia especial para poder competir por gubernaturas, diputaciones u otros puestos. Según Lixa, esto termina de confirmar que Morena ya ni siquiera pretende mantener la fachada de que la Guardia Nacional es civil. “Si tienen que pedir licencia como militares para contender, es porque son militares. Punto”.
Incluso mencionó que ya se empieza a notar la presencia de militares en el cuerpo diplomático, y no descartó que pronto haya más militares en el Congreso, aunque —aclaró— tendrían que cumplir con la norma de no estar en activo.
Cerró con una crítica directa: “Dijeron que querían fortalecer la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Nosotros dijimos que sí. Pero nunca hubo reformas para eso, y ahora vemos que el Ejército ya la rebasó. El control de la seguridad ya no es civil, ya no es ciudadano. Es militar”.
Para el PAN, lo que está en juego no es solo una ley. Es el modelo de país. Y si no se frena a tiempo, advierten que México se dirige a una ruta autoritaria, donde te pueden vigilar, callar y controlar con todo el peso de una ley que, dicen, no protege al ciudadano, sino al poder.