Por Juan Pablo Ojeda
Aunque la tormenta tropical “Flossie” ha comenzado a perder fuerza frente a las costas del Pacífico mexicano, sus efectos todavía se sienten en Baja California Sur, particularmente en la zona sur de la península. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el sistema se encuentra a unos 315 kilómetros al suroeste de Cabo San Lucas, desplazándose hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 17 km/h.
A pesar de su debilitamiento, “Flossie” mantiene vientos sostenidos de hasta 75 km/h, rachas de 95 km/h y provoca oleaje de entre 2.5 y 3.5 metros de altura. Las autoridades han advertido que se esperan chubascos y ráfagas de viento de hasta 60 km/h, por lo que se recomienda extremar precauciones, especialmente para quienes viven en zonas costeras o participan en actividades marítimas.
La tormenta se está alejando de territorio nacional al avanzar sobre aguas más frías, lo que acelera su desorganización. Aun así, el SMN y el Sistema Nacional de Protección Civil piden mantenerse atentos a los avisos oficiales, ya que los efectos indirectos pueden continuar durante las próximas horas.
#Flossie, ahora como #TormentaTropical, sigue disminuyendo la fuerza de sus #Vientos mientras se aleja de las costas de #México.
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México se encuentra actualmente en plena temporada de ciclones tropicales, y el pronóstico para 2025 en el Pacífico no es alentador: se esperan hasta 20 sistemas con nombre, de los cuales entre cuatro y seis podrían alcanzar categoría de huracán mayor (categorías 3, 4 o incluso 5). Hasta el momento ya se han formado seis tormentas: “Alvin”, “Bárbara”, “Cosme”, “Laila”, “Erick” y ahora “Flossie”.
El más reciente huracán que impactó al país fue “Erick”, que tocó tierra el pasado 19 de junio como categoría 3. Dejó tras de sí un saldo trágico, con la muerte de un menor de edad y serias afectaciones en Oaxaca y Guerrero, incluyendo daños a viviendas, cortes de energía eléctrica y árboles caídos.
Ante este panorama, las autoridades federales y estatales refuerzan las medidas de prevención y respuesta rápida, especialmente en comunidades vulnerables o de difícil acceso. La coordinación con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Protección Civil y fuerzas armadas es clave para enfrentar una temporada que promete ser intensa.